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Hace tres años, junto con algunos colegas, lancé la Red de Tecnología para la Transparencia. Pensé que, sobre todo en inglés, “Technology for Transparency” fue una muy buena descripción de lo que buscamos. Hoy en día confieso que no tengo idea lo que quiere decir “tecnología para la transparencia.” Si somos sinceros, la tecnología básicamente se refiere un medio o un canal de información. La tecnología podría ser una app de iPhone, pero también es la radio comunitaria y la copiadora. Del mismo modo, lo que llamamos “transparencia” simplemente quiere decir información; específicamente información que es producida por el estado. Entonces, la “tecnología para la transparencia” también se podría llamar, simplemente, un medio de información.

La pregunta tan obvia es: información para qué? Como no soy la primera persona que hace esta pregunta, quiero mencionar tres textos que realmente valen la pena leer para poder llegar a un entendimiento más profundo de lo que queremos decir cuando hablamos de un gobierno abierto. El primer texto por Álvaro Ramírez-Alujas se llama Gobierno Abierto es la Respuesta: ¿Cuál era la Pregunta? El texto está escrito en español y ofrece una buena panorama de los debates sobre el significado de gobierno abierto.

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El segundo texto, que está escrito en inglés se llama La Nueva Ambigüedad del Gobierno Abierto por Harlan Yu y David Robinson. Está escrito en inglés, pero Mauricio Delfin ha publicado un buen resumen en español.

Los autores argumentan que hemos perdido la coma entre “Open Government, Data” y “Open, Government Data.” El primero concepto se refiere a información sobre el estado que busca aumentar la rendición de cuentas y luchar contra la corrupción, un movimiento que empezó en los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial con activismo por grupos como La Sociedad Americana de Editores de Diarios (ASNE). El segundo concepto habla de información pública que está publicada en formatos abiertos para alimentar a la Web y para crear apps útiles. Este segundo movimiento surgió a finales de los años 90 entre los tecnólogos y consolidó con una reunión de varios actores en Sebastopol, California en 2007.

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Para Yu y Robinson, el movimiento de open government tiene raíces en la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción. Pero el movimiento de datos abiertos pocas veces busca rendir cuentas. Las apps más populares de datos abiertos tienen que ver con transporte público, restaurantes, hospitales, taxis y datos de educación. Según Yu y Robinson, está bien que la comunidad de gobierno abierto busca accountability y control social mientras la comunidad de datos abiertos quiere proveer información útil a ciudadanos sobre servicios públicos. Pero nos advierten que las dos comunidades pueden avanzar más si mantenemos más claridad sobre los distintos objetivos.

Hace unas semanas Jeremy Weinstein y Josh Goldstein publicaron una respuesta al paper de Yu y Robinson. Weinstein es un profesor de la Universidad de Stanford quien fue uno de los arquitectos del Open Government Partnership. Goldstein es un consultor del Banco Mundial quien estuvo involucrado en la creación de la iniciativa de datos abiertos de Kenya. Ellos argumentan que hay valor en la ambigüedad de gobierno abierto y usan la experiencia de Kenya como ejemplo. Cuando Kenya anunció que iban a lanzar una iniciativa de datos abiertos como uno de sus compromisos al Open Government Parternship, surgieron muchas criticas desde la sociedad civil que decían que Kenya tiene problemas serios con respeto a la corrupción y la rendición de cuentas y que, en vez de enfrentar esas problemas, están tomando el camino más sexy para ganar puntos y distraer a la sociedad civil.

Según Weinstein y Goldstein, la experiencia de Kenya demuestra que el ejercicio de organizar datos abiertos — que por cierto no releva información políticamente sensible — ha abierto un camino hacía más accountability y control social. Mencionan dos ejemplos. Primero, cuando el gobierno lanzó su plataforma de datos abiertos, la sociedad civil respondió identificando todos los datos relevantes que faltaron. Ese dialogo, según los autores, crea la presión social necesaria para que el gobierno publique información que aumenta accountability. Su segundo argumento es que la publicación de datos educativos en el portal de datos abiertos de Kenya facilitó la creación de Eduweb, un portal que provee información sobre el desempeño de escuelas públicas en Kenya. Según los autores, el sitio ha afectado las políticas públicas del Ministerio de Educación, pero no especifican exactamente como o que ha ocurrido.

Después de haber leído los tres textos, me doy cuenta que estoy de acuerdo con todos. Concuerdo con Weinstein y Goldstein que las comunidades de gobierno abierto y de datos abiertos pueden colaborar para lograr más juntos. Pero también estoy de acuerdo con Yu y Robinson que todos podríamos beneficiar de más claridad sobre nuestros objetivos. Por eso, propongo que dejamos de hablar de “la tecnología para la transparencia”.

Tecnología para la transparencia:

  • luchar contra la corrupción
  • hacer más eficiente la administración pública
  • mejorar el desempeño de servicios públicos
  • informar a los ciudadanos
  • generar más confianza entre los ciudadanos y gobiernos
  • aumentar la participación cívica (electoral y no electoral)
  • disminuir la pobreza
  • diseñar políticas públicas
  • advocacy
  • protestar
  • etc ….

¿Qué implicaría esta claridad de objetivos?

  • donantes comunicamos nuestros objetivos con más claridad
  • orgs que buscan informar a los ciudadanos y orgs que buscan luchar contra la corrupción pueden estar en la misma sala, pero sin competir
  • cada intervención tiene su propia teoria de cambio
  • reconocemos que todavía no tenemos evidencia
  • seamos científicos, siempre desarrollando, probando y adaptando nuestras hipótesis

Para muchos de la comunidad de “gobierno abierto” ya sentimos una cierta fatiga sobre el paso lento hacía nuestros sueños idealistas y la cámara de eco de los mismos actores en los mismos eventos diciendo las mismas cosas. Muchos hemos estado trabajando en este sector por más que cinco años y nos estamos dando cuenta que apenas estamos cerrando la introducción y llegando al primer capítulo del libro. Ojalá nos preparemos para el largo camino, consolidamos nuestros esfuerzos y seguimos adelante con más claridad.